Gratitud
Unas pinceladas de consciencia sobre la gratitud.
Compartiendo contigo una experiencia que espero te resulte gratificante y esclarecedora.
¿Conoces el poder sanador de la gratitud?
No de la gratitud pensada, sino de la gratitud sentida.
En tantas situaciones y experiencias duras que he vivido, cuando no he visto ningún halo de luz o esperanza y mis fuerzas estaban agotadas (o eso creía erróneamente), cuando aprendí que estaba en "modo supervivencia", todo cambió.
En modo supervivencia vives desde la ansiedad, la necesidad, la carencia y te conviertes en egoísta.
Si, egoísta, porque es tu ego el que te gobierna y te hace sentir víctima, pero también el centro del Universo.
Como si solo tú sufrieras y solo tú necesitaras.
Puro ego, pura supervivencia.
Hace unos meses impartí una conferencia en Madrid en la que contaba, entre otras cosas, sobre la paradoja neurobiológica que nos demuestra que el área de nuestro cerebro que se activa cuando visualizas o imaginas el futuro, el hipocampo, es la misma que se activa cuando recuerdas.
Tu capacidad mental de crear tu futuro, está condicionada por las memorias almacenadas, por las vivencias de tu pasado.
Guauuu!!
Conté lo siguiente, expontáneamente, a modo de ejemplo:
"La relación con tus padres ( madre o padre) es conflictiva. No has entendido como no te comprendieron, no te escucharon, no sentiste que estaban por tí (vale con padres o con otros "personajes" de nuestra vida; amistades, parejas, ...), no sentiste su apoyo y comprensión.
Ahora en la edad adulta, te cuesta confiar y además debes encargarte de tu padre o madre. Sabes que debes hacerlo, porque eres un ser aparentemente consciente. Pero algo de ti sigue sintiendo rechazo y hartazgo.
Te dices mi padre o madre nunca estuvo cuando lo necesité.
La persona a la que amé con toda mi alma, me falló.
¡ Ay ese ego!
Te propongo un cambio de perspectiva:
Mi padre o mi madre, esa amistad o pareja, hicieron todo lo posible por garantizar mi bienestar, en su nivel de consciencia.
Trabajó duro para que no me faltara la comida, los libros del cole o una zapatillas de deporte. (lo que sea).
Él o ella vivía desde la exigencia o el agotamiento vital y me diieron lo que podían darme, porque ellos no se daban ni a si mismos.
Ahora siento que debo perdonarlos y perdonarme.
Sentir todo ese amor que no fui capaz de experimentar.
Y cuando perdono y me perdono, siento gratitud, por la experiencia.
Esa experiencia, me ha ayudado a crecer.
Y la agradezco.
“Trasciendes el dolor con el perdón y alcanzas el gozo con la gratitud".
Aquí viene mi experiencia reciente:
Venía en el tren de Madrid a Barcelona. Era muy tarde, las 11 de la noche. Estaba muy cansado.
En mi asiento repasé la semana.
Llevaba 3 días durmiendo 4-5 horas, trabajando mucho, dando mucho, dando lo mejor de mi y una vez más mi cuerpo me estaba dando señales.
Pero sentí mucha gratitud por todo lo vivido.
Cada día, cada hora, cada minuto.
En una sola semana había vivido experiencias muy diferentes, con personas diferentes, en ciudades diferentes, pero con un patrón común. Amor, consciencia y generosidad.
Y aquí la "sorpresa" sentí gratitud hacia mi.
Gratitud por quien soy.
Gratitud por lo que hago.
Gratitud por dar lo mejor de mi.
Gratitud por expandir luz.
Y me di las gracias.
Le di las gracias a mi Ser.
Me di las gracias por existir.
Me di las gracias por ser buena gente, por contribuir, por ser alguien con quien merece la pena estar, por dar amor, alegría y respeto.
Y mucho más...
Jamás me había dado las gracias a mi mismo.
Y cuando lo hice, me emocioné, vibré y me sorprendí al descubrir que siendo un hombre agradecido, no había sido consciente de que no había sido capaz nunca de agradecerme.
Esta es mi humilde contribución:
Agradécete por quien eres, por lo que eres, por lo que haces y por lo que dejas de hacer.
Agradécete porque sigues aprendiendo, agradécete por todo lo que agradeces a los demás y a lo demás.
Se agradecida/o contigo.
Yo te agradezco desde mi corazón que valores el poder la gratitud hacia ti.
Un abrazo.
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