Manos para dar, Manos para recibir

Conocí manos que me golpearon fuerte, tan fuerte, que, unas rompieron mis huesos, otras, mi alma.
Conocí manos que me apretaron fuerte, tan fuerte, que me asfixiaron. Me poseyeron tanto, que fui perdiendo pluma a pluma el poder para desplegar mis alas.
Conocí manos que sellaron mi boca y con ello, mi libertad para expresar. Todo fue quedando dentro, quemando, corroyendo.

Hasta que rompí mis propias cadenas, me solté de tantas manos carcelarias, violentas, posesivas, manipuladoras, que dan caricias a la vez que golpean.
Esas manos han quedado lejos y atrás.

Miré mis manos, hablé con ellas y me dijeron que aquellas eran un reflejo de las mías.
Cuando dejara de golpearme con pensamientos destructivos, cuando dejara de apretarme y exigirme tanto, cuando dejara de callar por miedo, las otras manos desaparecían.

Lo hice y ellas lo hicieron.
Se fueron diluyendo en mi vida. Como una nube con la brisa.

Descubrí que existen ...
Manos que se juntan y rubrican contratos de respeto.
Manos que tocan hombros que te elevan del suelo cuando estás abajo.
Manos que sanan y dan calor.
Manos que acarician tanto la piel, como el alma.
Manos que secan lágrimas con dulzura.
Manos que sujetan el cuerpo y el sentir.
Manos que crean bellas melodías.
Manos que tejen lindas palabras.
Manos con las que tomar un copa de vino, mientras con la otra dibujas con el pincel de los dedos, cariños en un rostro.

Manos que sientes cerca aunque nunca las hayas visto.
Manos que llegan a ti con tantas ganas de dar, que te rindes y te abres a recibir. Y recibiendo das. Y a esas manos generosas, les vuelve de regreso su luz y su calor.

Manos como alas de algodón, con dedos como plumas, que transcienden lo físico, para volar hasta dentro de ti.

Manos para ver, tocar, acariciar, abrazar, besar, sentir, imaginar, bendecir... y cuantos más secretos soñados o compartidos.

Y si aún no han llegado, te cuento lo que yo hago.
Toma tus manos, ponlas sobre tu pecho, sintiendo los latidos de tu corazón, la música de tu alma, cierra los ojos y deléitate percibiendo el amor, a sabiendas que cuando te das, te estás preparando para dar más, mejor, con Consciencia y tierna madurez.

Mientras tanto, desde mi corazón, te ofrezco mis manos y lo que ellas desean darte, con afecto y respeto.
Pues en la Vida con Consciencia se trata de Dar y Recibir.

Bendiciones.   

    

1 comentario

  • Quimet Castelló

    Hace 22 horas

    Me quedo muy emocionado, hoy soy feliz

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