Sanar, trascender, conectarse, crecer, evolucionar, perdonarse, amarse.

ABRAZANDO A TU SOMBRA

Es posible vivir creyendo que ves, escuchas, saboreas, hueles y tocas, sin ver, escuchar, saborear, oler y tocar todo lo que existe.
Es tan posible, como que es real.
Es tan real, como que puedes tener una vida aparentemente normal, estudiando, trabajando, teniendo pareja, familia, amistades y vida social, incluso eso que llaman éxito.
Sí, un empleo, casa, coche, carrera y master, dinero, reconocimiento.

¿Me sigues? Ese éxito que nos habían vendido y que compramos pagando un alto precio.

El precio de la libertad para ser Tú.
El precio de la desconexión con tu esencia.
El precio de la frustración, el dolor, el vacío, la soledad, la incomprensión.

Pues en esa vida de aparente plenitud, en ocasiones, más de las que se pueda llegar a imaginar,  hay mucha oscuridad.
Y en la oscuridad crees que lo que ves es lo que hay, lo que verdaderamente existe.

Entras por ejemplo en una habitación a oscuras o vas por un camino en la noche. Ves una ínfima parte de lo que realmente está ahí, real, pero invisible a tus ojos.
Cuando prendemos la luz es impresionante comprobar todo lo que había que no habíamos visto y que no fuimos capaces de ver.

Pues en esa oscuridad no es posible siquiera ver sombras, nuestra sombra.

Solo en la Luz, puedes ver y tomar consciencia de tu sombra.
La sombra es el fruto de ti y de tu luz.

Empiezas a asustarte por esas sombras, esa sombra tuya, tu otro Yo.
La temes. Te desagrada, no te gusta, no te gustas.
Piensas, "¿todo esto estaba aquí?" y yo sin verlo.

En esa sombra comienzas a observar la culpa, la vulnerabilidad, el ego, la rabia, el dolor, la frustración, la prepotencia, el juzgar, el ataque, las heridas.
Te ves víctima y verdugo.
Ves tanto, tan desagradable y tan esclarecedor a la vez.

Te estás viendo a ti, a tu pasado, tus acciones, tus experiencias y a tus ancestros.
Y te horrorizas.
Puedes seguir mirando de frente o puedes apagar la Luz y volver a la oscuridad donde no se ve lo que se debe ver para que puedas tomar consciencia y evolucionar.

Aunque duela.
Aunque sientas la soledad.
Aunque las lágrimas quemen.
No apagues esa Luz por favor.

Porque llega el dia en que comprendes y te comprendes.
Te perdonas, pides perdón y perdonas.
Agradeces todas esas experiencias.
Agradeces a tu pasado.
Agradeces a tus ancentros.
Porque gracias a todo eso, has podido ver de verdad y trascender.

Porque cuando superas el dolor de ver a tu sombra.
Porque cuando lo que sientes es el perdón y la gratitud, estás en otro plano.
La vida seguirá girando, con tus penas y tus glorias.
Pero Tú habrás dado un gran salto.

Abrazarás a tu sombra y la sentirás parte de ti para no exigirte nunca más ser perfecto o perfecta para los demás.

Porque tu camino ya es perfecto.

Todos y todas tenemos luces que amar y sombras que abrazar para estar en Paz.

¡Un abrazo!

César González

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