El ser invisible y el efecto Pigmalión
Una de las fantasías de la infancia es jugar imaginar que pasaría sí.
Si tuviéramos súper poderes.
Unos decían querer volar.
Otros poder trasladarse de un sitio a otro en cuestión de milisegundos.
O tener una fuerza descomunal.
Y tantos otros súper poderes.
Pero había y hay uno que nos seducía a todos.
Ser invisible.
Cuando crecemos nos vamos olvidando de soñar e imaginar con ilusión y desapego desde el Amor, para hacerlo desde la carencia y la necesidad, desde el Temor.
La profecía auto cumplida: Efecto Pigmalión.
Ha llegado a nuestros tiempos la historia escrita por Ovidio sobre Pigmalión y su obra Galatea.
Pigmalión es una figura legendaria de Chipre, sin embargo, conocemos el relato gracias al escritor romano Ovidio.
Pigmalión buscó durante mucho tiempo a la mujer con la que compartir su vida. Frustrado por no encontrarla decidió crear bellas esculturas para compensar su soledad.
Una de sus creaciones fue la magnífica Galatea. Tan bella que Pigmalión se enamoró de ella.
Tal fue su amor, que soñaba noche y día con ella. Soñaba que Galatea cobraba vida.
Al despertar de uno de sus sueños se encontró con la diosa
Afrodita, quien, conmovida por el amor tan profundo de Pigmalión, le dijo:
“Mereces la felicidad, una felicidad que tú mismo has plasmado. Aquí tienes a la reina que has buscado. Ámala y defiéndela del mal”.
El escultor se acercó a la estatua y la tocó.
Notó que no estaba fría ni dura como el marfil. Sintió un gran gozo y al mismo tiempo miedo, creyendo que se estaba engañando a sí mismo. Volvió a tocar la figura y comprobó que era un cuerpo humano, que latía.
Galatea se había convertido en vida, en mujer.
Pigmalión nos habla del amor, del deseo, de las expectativas, del poder de crear.
¿Recuerdas los súper poderes?
Pues resulta que podemos volar con nuestra imaginación y con nuestra mente.
Incluso, siendo pragmáticos, nos podemos subir a un avión y en cuestión de horas estar en otra parte del mundo. O conectarnos telemáticamente, ver, escuchar y sentir a otra persona que está a millas físicas, aunque no millas energéticas.
Tenemos una fuerza descomunal que está más allá de la materia. Una fuerza que tira de nuestras vidas siempre hacia adelante.
Yo he encontrado respuestas en la Metafísica, en la Física Cuántica e incluso en la Neurociencia.
He encontrado respuestas dentro de mi. Respuestas que he experimentado.
Pigmalión, los súper poderes y el Ser invisible.
¿Te has sentido invisible alguna vez?
Sí, ese estado en el que sientes que no te ven y querrías que te vieran.
Quisimos ser invisibles alguna vez y Afrodita nos lo concedió. Nos convertimos en invisibles, sin haber tenido en cuenta las consecuencias.
Y no resulta tan agradable ni divertido como cuando éramos niños y niñas.
Porque en el fondo, anhelamos que nos vean, no ya toda la Humidad, que nos vea quien deseamos o esperamos.
Es curioso como siendo cuerpos y materia, existe esa parte nuestra que es invisible para la mayoría.
Esa parte compuesta de energía, emociones, pensamientos, alma.
No te permitas ser invisible si con ello sufres.
Muestra tu esencia bella, tu verdad, tu vulnerabilidad, tu desnudez.
La reconozcan o no. Al menos ya no será porque la ocultas.
Cuando te muestres, quien deba verte, te verá.
Mientras tanto, mírate a ti, muéstrate, muestra tus luces y tus sombras desde el Amor.
No te permitas ser una poesía no escrita ni recitada.
No te permitas ser una sinfonía no compuesta ni interpretada.
No te permitas ser una escultura no esculpida ni contemplada.
No te permitas ser una sonrisa no dibujada, ni un Te Quiero no pronunciado.
Permítete Ser Visible, permítete Ser Tú.
Porque eres poesía, sinfonía, escultura, sonrisa y Te Quiero.
Un abrazo.
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